Guillaume y yo comenzamos a rodar a las dos de la tarde siguiendo una ruta que debía durar unas dos horas, al final tardamos el doble de lo previsto, llegamos por la noche y sin luces!! toda una aventura sobre todo cuando pasamos bajo uno de uno de los puentes que atraviesa la "rocade"; la autovía que rodea Burdeos. Creo que si no hubiese estado tan bien acompañada habría pasado mucho miedo.